viernes, 29 de julio de 2011

SuperMonroy

Supervivientes 2011 empezó el 5 de mayo y desde entones se vaticinaba que Rosa Benito ganaría esta edición. Finalmente, ayer se cumplió el pronóstico y la cuñada de la difunta Rocío Jurado se llevó los 200.000 € y un Ssangyong Korando por un 68% de los votos.

Rosa Benito recibe el premio
de manos de Raquel Sánchez Silva
Lo cierto es que Rosa Benito lo tenía todo a favor para alzarse con el premio del concurso: una plataforma de apoyo en Sálvame, programa en el que es colaboradora; el accidente y el homicidio de Ortega Cano, las supuestas amantes de su marido Amador Mohedano, la famosa conversación con Aída Nízar y la expectación que fue ver el reencuentro entre ella y su marido en la isla. Todas estas circunstancias beneficiaron a Rosa Benito para que se ganara el apoyo del público sin que ella se diera cuenta. Además, el discurso repetido de la ‘Benenito’ gritando a cuatro vientos que no es feliz, que lleva 3 años sin ir al cine y pisar un restaurante y que nunca se ha querido a sí misma, ha hecho, todavía más si cabe, que el público simpatizará con ella. No obstante, en términos de supervivencia, Rosa no llegó a finalizar muchas de las pruebas de líder debido al cansancio que sufría y a que se veía incapaz de realizarlas, y sus esfuerzos por conseguir comida o pescar fueron escasos.

Antes de proseguir, querría hacer un inciso y pedir a los señores de Mediaset España que no alargasen hasta las 2:30 de la madrugada una gala final y que no abran las líneas telefónicas para elegir a la vencedora a la 1:12 de la mañana. Culpa mía por verlo, lo sé. Entiendo la táctica de Telecinco de alargar sus programas todo lo posible para conseguir datos altísimos de audiencia y así decir al día siguiente que han sido líderes. Han sido líderes, sí, pero jugando sucio. La elección de Rosa como ganadora a las 2:26 de la madrugada anotó un 72% de audiencia, dato predecible que encuentra su explicación en que poca gente está viendo la televisión a esas horas y, si estaba viéndola, dudo que tuviera puesta La2 o Nitro.

Sonia Monroy llora desconsolada tras saber
que no era finalista.

Por otra parte, fue magnífico el show que nos ofreció ayer Sonia Monroy. Cuando la cantante y actriz se enteró de que no estaba entre las 3 finalistas del programa se puso a llorar y se tiró al suelo, acto que acentuaba el dramatismo de una escena que será recordada como uno de los grandes momentos televisivos de Supervivientes. Ese 66% de la audiencia que no quería ver a la ex ‘Sex Bomb’ en la final, hizo que Monroy se hundiera y ocupara el plano televisivo en detrimento de Rosi Arcas, la recién proclamada finalista. Es cierto que el público termina castigando a los concursantes que sobreactúan y realizan un papel premeditado en los concursos, pero Sonia Monroy ha sido la auténtica superviviente de esta edición. Se merecía estar en la final y se merecía ganar el concurso. Ha sido la única que luchaba en las pruebas de líder y de recompensa, que vivía cada momento como si fuera el último, que pescaba y cogía cocos para todo el grupo, que ansiaba estar en la isla, que nunca le ha faltado fuerza y valentía y que nunca se ha quejado por nada.

Que su enfado y su llanto de ayer estaba muy teatralizado, verdad. Que Sonia Monroy es una actriz que está buscando el papel de su vida, que adora Hollywood y que ha hecho diversos montajes, verdad. Pero ella es competitiva y una ganadora nata y no estar en la final, tras ser salvada por la audiencia siete veces, fue para Monroy un castigo. Su mente televisiva pensaba que si el público la dejaba en el 4º lugar a las puertas de ser finalista, era porque la audiencia no la quería y la había mantenido hasta el final para reírse de ella. No hay que olvidar que Sonia Monroy busca desde hace tiempo el beneplácito del público y al no conseguirlo rompió a llorar. Pero lloraba de verdad y lloraba con lágrimas, hecho que no hizo la madre de Aída Nízar cuando fue llamada ‘puta’ por el presentador del programa.

Sin embargo, Monroy ganó a las tres finalistas. Las ganó durante su entrevista, durante su comportamiento en el plató y al no entrar en el juego de sus compañeros cuando el programa le puso un video en el que éstos pusieron en duda su trayectoria profesional. Hoy no se habla de Rosa Benito y su victoria. Se habla de Sonia Monroy, que fue ayer a nivel mundial el 8º Trending Topic, lo que viene a ser uno de los asuntos más comentados en Twitter en un momento determinado. Pero todavía esta mañana las palabras ‘Sonia Monroy’ y el hashtag #metirocomosonia seguían siendo TT.

Una breve mención le voy a dedicar a la discusión entre Jorge Javier Vázquez y Aída Nízar porqué ya lo hice días atrás. El presentador de Supervivientes le espeta a la polemista: “Reflexiona sobre cuánta parte de culpa tienes de la expulsión de Sonia”. El público entra en euforia y reparte gritos y aplausos. Nízar, ofendida, le contesta a Vázquez: “¿Te sientes mejor?”. A lo que él contesta altivo y arrogante “Sí, sí, sí”. Y de ese modo, tras sentirse humillada una vez más por el presentador del programa, Aída Nízar abandonó voluntariamente el plató con el regocijo de J. J. Vázquez que concluyó diciendo: “Por fin estamos los que tenemos que estar”. Por muy mala que sea Aída, la actitud de DobleJ no tiene justificación. Un presentador profesional, como la magnífica Raquel Sánchez Silva, debe ser imparcial y objetivo dado que tiene el poder de juzgar y humillar televisivamente a cualquier persona sea concursante, colaborador, realizador o redactor.

Para concluir, apuntar que la final de ayer de Supervivientes batió un nuevo récord y registró un 38,8% de audiencia, siendo vista por 4,5 millones de espectadores. Nos podemos plantear entonces, ¿por qué esta edición ha sido la más vista de la historia? Porque tiene todo lo necesario para que la gente sienta curiosidad por poner Telecinco los jueves a las 22:00h: pedidas de matrimonio, insultos entre presentador y concursantes, reencuentros entre madre e hijo, Aída Nízar, las palabras misóginas de Toni Genil, mujeres al borde un ataque de nervios como Sonia Monroy, discusiones matrimoniales en directo... En definitiva, el público no quiere televisión, quiere circo y Telecinco es experto en ello.

miércoles, 20 de julio de 2011

Cómo copiar un reality y que Telecinco se entere

A raíz de El barco, serie que se ha convertido en el éxito de la temporada para Antena 3, la cadena emitió ayer el primer programa de El barco: rumbo a lo desconocido, ‘reality’ ambientado en la ficción protagonizada por el hinchado Mario Casas y la nueva chica Almodóvar Blanca Suárez. El objetivo de este nuevo concurso es pasar 30 días en un barco con la finalidad de cumplir un sueño. Parece ser que lo más innovador de este fugaz ‘reality’ es el premio, que no es dinero material, sino un sueño que cada concursante ha dejado escrito en un pergamino. Sin embargo, y por lo que respecta al funcionamiento del programa, Globomedia, la productora de El barco: rumbo a lo desconocido, no ha reparado en utilizar un formato similar al de otros concursos que se emiten en Telecinco.

Como si de una condición indispensable se tratase, los participantes del nuevo programa de Antena3 no se conocen, no pueden tener contacto con el exterior y han de sobrevivir en alta mar. Prácticas sospechosamente similares a las que se llevan a cabo en Supervivientes y Gran Hermano. Pero aún hay más. Y es que, además de que los concursantes cumplen todos los prototipos imaginados – vemos así al típico chico entrado en carnes, al chulo de gimnasio, al macarra, a la pija consentida y a la ama de casa aburrida –, éstos han de luchar por la inmunidad a través de pruebas que consisten en transmitir un mensaje de banderas o subir y bajar la cima de un peñón con rapidez. ¿No es esto lo mismo que ocurre en el concurso de supervivencia que se emite actualmente en Telecinco?

Asimismo, El barco: rumbo a lo desconocido divide a los concursantes en dos grupos, los oficiales y los marineros, al igual que se viene haciendo en Supervivientes desde los últimos tres años. Otro dato curioso es que las condiciones de vida en el barco de los oficiales son mejores que las de los marineros, como ya lo fue en la casa rica y la casa pobre de GHVip y Gran Hermano X.  Y, para finalizar, ¿son necesarias las imágenes del médico del barco revisando a una mujer mareada? Creía que lo de las imágenes escabrosas, como mostrar la curación de una almorrana a Pipi Estrada en las islas del Caribe, era sólo cosa de Telecinco.

De este modo, para disimular la similitud con otros programas, Anteana3 ha tirado la casa por la ventana y titula el ‘reality’ con el mismo nombre de la serie que le sirve de inspiración, El barco. No obstante, El barco, rumbo a lo desconocido no tiene nada que ver con la ficción nacional revelación de este año. Lo sentimos pero no van a ver a Mario Casas quitarse la camiseta, otra vez. Y en vista de la audiencia obtenida en su primera emisión, este nuevo concurso tiene todas las papeletas de ser relegado al ‘late night’ y pasar a emitirse a partir de las doce de la noche. Principalmente, porque Antena3 prometía innovación y ayer repetía la misma esencia de todos los ‘realitys’: discusión, nominación y expulsión. Un programa más destinado a suplir las largas noches de verano hasta el inicio de la nueva temporada.

viernes, 15 de julio de 2011

La espera

Espero el día en que llegue la luz. Espero el momento que me devuelva las ganas de luchar. Espero la mano que me ayude a levantarme. Espero la hora de mi libertad.

Espero.
Espero.
Llevo años esperando y no llega nada.

viernes, 8 de julio de 2011

¿Por qué murió Operación Triunfo?

Los bochornosos, patéticos y deleznables hechos ocurridos ayer en la presente edición de Supervivientes hacen cuestionar los límites y la ética de la televisión. Sin embargo, este no es el asunto que voy a tratar en las siguientes líneas puesto que, cualquiera con dos dedos de frente puede concluir que Telecinco carece de valores y de moralidad. Por ello, paso a explicar, de forma ejemplificada con el concurso presentado actualmente por Jorge Javier Vázquez, la técnica que la cadena de Mediaset España está llevando a cabo: la degradación de los ‘reality show’.

Supervivientes en sus inicios fue concebido como un concurso donde sólo participaban concursantes anónimos, como en Gran Hermano. Claro que esto fue en el año 2000 y, curiosamente, en Telecinco. Tres años después y hasta 2005, Antena 3 se encargó de producir cuatro ediciones con los nombres de La isla de los FamoS.O.S., La selva de los FamoS.O.S. y Aventura en África. Como es evidente, los concursantes eran rostros conocidos. Finalmente en 2006, Telecinco compró de nuevo el ‘reality’, siguiendo la línea de Antena3 de usar a famosos como concursantes. De este modo, de 2006 a 2010 Jesús Vázquez presentó el ya célebre concurso, la dirección del cual decidió mezclar a famosos con concursantes anónimos en el último año citado. El show estaba servido.

La tragedia se desató cuando este año se cambió por motivos internos a Jesús Vázquez por Jorge Javier Vázquez como conductor del programa. Desde entonces, Supervivientes sufre una horrible enfermedad degenerativa.  Las expulsiones se realizan en los últimos minutos del concurso, concretamente ayer comunicaron que el expulsado era Arturo a la 1:17h de la madrugada; las nominaciones varían: una semana hay 2 nominados, otra semana hay 3 pero, lo que se mantiene inmutable, es que las citadas nominaciones se realizan deprisa y corriendo después de la expulsión, es decir, a las 1:20h aproximadamente. Recordemos que todo esto se da cuando el programa debe finalizar, según lo previsto, a la 1:30h. Todo un despropósito.

Pero aún hay más, ahora no interesa si los concursantes aprenden a pescar, a hacer fuego o a valerse por sí mismos. No. Ahora lo importante es dejar casi dos horas de ‘prime time’ para que la Pantoja se reconcilie con Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, y muestre su soberbia y orgullo en pantalla. Parece ser que también es más relevante comprobar cómo la vida de Rosa Benito en España no es la que ella quisiera y, por ello, se hace de obligado cumplimiento que su marido, Amador Mohedano, vaya expresamente a Honduras para visitarla. Visto lo visto, en este juego sucio basado en conseguir la máxima audiencia posible, el plató de Supervivientes debe convertirse en el de Sálvame y los ex concursantes y los familiares han de insultarse y dedicarse gestos de desprecio. Y, qué esperar de un casting en el que hay una joven transexual, un personaje mediático ‘hijo de’ como Kiko Rivera y una polemista como Aída Nízar. Justamente, el caos se desata.

¿A caso es de extrañar que la innecesaria vuelta de Aída Nízar haga que Jorge Javier, presentador del formato con cierta voz de autoridad entre el público, le dedique apelativos como “enferma”, “mala persona” e “hija de puta”? ¿Resulta raro que la primera expulsada de Supervivientes le pregunte a Rosa Benito dónde quiere ser enterrado Ortega Cano? ¿Tiene que aguantar una madre que un hombre mediático como J. J. Vázquez le diga a su hija en su presencia los insultos anteriores? Por supuesto que todos sabemos cómo se las gasta Aída Nízar y su madre, pero ayer Telecinco cruzó la línea. Un presentador debe ser imparcial, objetivo y no puede humillar a ningún concursante porqué, como bien apuntaba la incorrecta Nízar, Jorge Javier lleva la batuta y tiene el poder de sentenciar y desterrar a quien quiera televisivamente. Ayer el nuevo ‘multipresentador’ de Telecinco se equivocó al dejarse llevar por sus impulsos y calificar a una persona, concursante o no, de esa manera delante de 4.159.000 espectadores. Por último, un pequeño apunte: dudo, señora Ana Rosa Quintana, que Aída Nízar sea una hija de puta, como bien usted ha dejado claro hoy en su programa.

Y ahora es cuando invito a la reflexión. ¿No ha hecho lo mismo Operación Triunfo este año? Ha cambiado de presentador, el jurado no era fijo sino que iban y venían figuras del ámbito musical, los contenidos del programa versaban sobre si los concursantes decían tacos o no o si se comían 8 ó 9 filetes de pollo para cenar; las canciones no duraban en muchos casos los dos minutos y los profesores les decían a sus alumnos frases como “en este canción tienes que ser una drogadicta, una ‘yonkie’”.

No obstante, la degradación de los ‘reality show’ ha afectado de forma diferente a OT y Supervivientes, logrando la muerte de uno y la gloria de otro. ¿Por qué? Fácil. El público al que va dirigido el programa no es el mismo. En Supervivientes la gente quiere show y morbo. Quiere ver como los famosos pasan penurias y sufren y, si se insultan entre ellos y se levantan la mano, mejor que mejor.  En Operación Triunfo lo que busca el público es totalmente contrario: la audiencia quiere ver cómo se forman los chicos y cómo evolucionan. El público de este concurso musical no quiere saber si los concursantes se saltan la dieta o se insultan, no quiere ver un reencuentro con con sus familias y no quiere que se expulse y se nomine a la 1 de la madrugada. Quiere ver las canciones, el show en el escenario. Y no es cierto que se busque la humillación de los concursantes. Sólo los que son admiradores de las palabras de Risto Mejide y no de Operación Triunfo cambiaban de canal a la hora de las nominaciones. Así que ese argumento no me vale.

He aquí pues la cara y la cruz de la última y novedosa técnica empleada por Paolo Vasile. Como sigan así, la gente llamará a Telecinco ‘Telecirco’.

martes, 5 de julio de 2011

Ninguno para ganar

Ayer, fue un día clave para la nueva familia televisiva, Mediaset España, que estrenaba varios programas en sus dos canales principales. Por una parte, el cabeza de familia, Telecinco, apostaba fuerte y emitía en prime time la primera parte de la tv movie 11-M compitiendo contra Los misterios de Laura en La1, serie protagonizada por la genuina María Pujalte. Por otra parte, la matriarca de Mediaset, Cuatro, tiraba la casa por la ventana y estrenaba No le digas a mamá que trabajo en la tele, programa que busca la perfecta sustitución del exitoso Tonterías las justas; Mójate presentado por Rafa Méndez y Marbelys Zámora, profesores del exprimido Fama, ¡a bailar!; y, por último, Uno para ganar, un talent show conducido por Jesús Vázquez, que presume de cosechar varios éxitos en medio mundo.

El resultado, predecible: No le digas… anotó un 4,3% de audiencia, datos similares a los de su programa predecesor; Mójate registró un escueto 6,6%, varios puntos menos que el programa insignia de la cadena, El Hormiguero; 11-M con un 14,1% fue la segunda opción de la noche y, por último, Uno para ganar llegó con éxito a la pequeña pantalla marcando un 9,2% de audiencia.

Como era de esperar Twitter cargó tintas contra No le digas a mamá…, y es que el nuevo programa de Goyo Jiménez y Lorena Castell se valió de chistes repetidos, de reportajes irónicos (?) sobre Víctor Sandoval y su marido – toda una novedad que nunca ha hecho Vuélveme loca o el propio Sálvame –,  de imitaciones más que vistas de Jorge Javier Vázquez y de grandes dosis de sobreactuación. Como una mezcla de Callejeros viajeros: playas de… y Mujeres, Hombres Y Viceversa se presentaba ayer ante el ojo del televidente Mójate. Paseos por las playas, freaks semidesnudos y cuerpos macizos y esculturales es lo que veremos en Cuatro, donde la piscina y los susodichos bailes empiezan al cuarto de hora de finalizar el programa. Lo único positivo de todo esto son los comentarios agrios de Rafa Méndez, lo demás, todo farfolla.

Jesús Vázquez, al frente de Uno para ganar

Y, finalmente, la batalla conyugal comenzaba a las 22:30 horas de la noche: Telecinco con 11-M y Cuatro con Uno para ganar. No obstante, el matrimonio pasó a ser un trío y Los misterios de Laura barrió a los de Mediaset. Poco puedo decir de la primera parte de los atentados de Atocha de marzo de 2004 ya que, me entretuvo más el concurso de Jesús Vázquez y sólo mantuve en mi televisor Telecinco en los cortes publicitarios de Cuatro.

Al programa de Jesús Vázquez le veo un inconveniente: Uno para ganar entretiene y divierte durante 30 minutos, pasado este tiempo el concurso se hace repetitivo y lento pues, el espectador espera pruebas parecidas a las anteriores. Aún así, resta todo el verano para ver cómo funcionarán las apuestas de Cuatro, aunque el equipo de No le digas a mamá… debería cambiar por completo los guiones y Mójate, al ser un programa hecho para estos meses estivales, tiene fecha de caducidad temprana: septiembre, el inicio de la nueva temporada.