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domingo, 6 de noviembre de 2011

Efecto Telecinco: Tu cara me suena

Tu cara me suena se ha convertido en el programa revelación de la temporada, sus crecientes datos de audiencia semana tras semana lo avalan. Gracias a ello, Antena 3 se vanagloria anunciando el concurso de imitaciones como “El programa de entretenimiento más visto de la televisión”. Razón no les falta pero,  ¿a costa de qué se ha convertido Tu cara me suena  en el líder de la noche de los miércoles?

Carolina Ferre imitando a Paulina Rubio
Sin duda alguna, lo que ha hecho que el programa presentado por Manel Fuentes sea tan valorado por los espectadores ha sido que los concursantes se prestan a participar en el juego del programa: se ‘pican’ entre ellos y participan en las bromas del jurado; y es que, como no se juegan nada en su carrera profesional, les da igual entrar en el ámbito del espectáculo.  Además, el jurado no es serio. Se pasa toda la gala riéndose, levantándose de sus asientos, cantando, leyendo cartas imaginarias de productores americanos, enfadándose con Francisco y Toñi Salazar y besando y abrazando a los concursantes. En definitiva, sobreactúan a cada momento, lo que constituye la base del show y del entretenimiento. Por tanto, resulta evidente que no importan ni las votaciones ni quién gane, puesto que muchas veces las puntuaciones se dan sin motivo alguno, casi al azar. En cambio, los comentarios del jurado y de los concursantes son más relevantes y tienen más peso que las actuaciones. Así, todos recordamos algún apunte sagaz de Santiago Segura y Toñi Salazar, que será el que comentemos al día siguiente con nuestros amigos. Es cierto que las actuaciones también las tenemos en cuenta, pero nosotros lo que queremos ver es si Mónica Naranjo y Francisco continúan enfadados, si Toñi Salazar baila en una barra americana, si Sylvia Pantoja enfurece porqué no gana y si Julio Iglesias Junior y Angy se besan.

Angy caracterizada de Cindy Lauper
Otro aspecto a considerar es la caracterización. A veces las transformaciones de los concursantes están muy conseguidas, véase Rocío Durcal, Cindy Lauper, Shakira, King África, Bob Marley, Raphael, Karina…;  y otras las transformaciones caen en desgracia, en puro travestismo y en parodia y mofa, recordemos por ejemplo a Rocío Jurado, Concha Velasco, Rihanna, Ana Torroja y Alaska. Pero ahí reside el morbo del concurso: el televidente quiere ver las transformaciones de los concursantes y, sobre todo, las transformaciones de hombre a mujer y viceversa. Además, en Tu cara me suena facilitan las actuaciones a los concursantes. Más que un reto, la canción y el artista a imitar es un regalo. ¿Qué dificultad tiene para Toñi cantar por María Jiménez, Lola Flores o Isabel Pantoja? ¿Y para Francisco cantar por Elvis Presley y Camilo Sesto? ¿Y para Sylvia cantar por Chiquetete, Estrellita Castro o Rosario Flores? El espíritu del programa es Carolina Ferre: un alma blanca a la hora de cantar e imitar en contraposición con el resto de sus compañeros.

Ya lo comenté en un artículo anterior pero quiero resaltar la hipocresía de Antena 3 con respecto a Tu cara me suena. La cadena nos presenta un programa familiar, apto para todo el público y libre del show al que nos tiene acostumbrados Telecinco. Y la realidad nos muestra que no es así. Antena 3 nos miente. La cadena nos vende un producto que no es. Un programa familiar no es aquél en el que todos se besan con todos, Carolina Ferre enseña su ropa interior dorada, Santiago Segura su culot, Toñi Salazar baila como si fuera stripper y se dicen comentarios sexuales. Por citar unos cuantos: Àngel Llàcer dijo la pasada gala “Yo perdí la virginidad en un concierto de Mecano” y Toñi Salazar le dijo al mismo Llàcer hace dos semanas agarrándose los pechos “Que me beses, joder”. Llàcer no lo hizo y la andaluza le espetó “Marica”. El público aplaudió, entró en furor y todo esto en prime-time. Y después dicen que no son Telecinco.

Francisco convertido en Rocío Jurado
Si queda alguna duda de que Antena 3 ha sucumbido al llamado ‘Efecto Telecinco’ sigan leyendo. Como ya aventuré hace un mes, Tu cara me suena es una copia absurda y barata de varios formatos de televisión. El programa de Gestmusic es un cóctel de Lluvia de estrellas y Operación Triunfo VIP por las transformaciones y los concursantes famosos, de Mira quien baila/Mas que baile por la estructura y la dinámica del programa y de Eurovisión por el modo de dar las puntuaciones. Asimismo, TCMS es para Antena 3 el Tú sí que vales de Telecinco: el ritmo y la tónica del programa hace que confundamos el concurso de imitaciones con Tú sí que vales, donde el mismo Àngel Llàcer, Los Morancos y Noemí Galera eran los miembros del jurado. Ambos programas son la representación del show cutre, de las risas fáciles y del humor made in Spain. Por todo lo que se ha apuntado en párrafos anteriores de que son más importantes los comentarios estúpidos del jurado y de los concursantes que las actuaciones, es indudable que Antena 3 ha padecido el ‘Efecto Telecinco’ y se ha convertido en varios aspectos en programas de la cadena de Mediaset España, como el citado Tú sí que vales.

Tu cara me suena me ha decepcionado. Su promesa de distanciarse del espectáculo característico de Telecinco y de ser un programa familiar ha sido mentira. Ahora las galas son más lentas y no se centran en el trabajo semanal de los concursantes, como ya ocurrió en las últimas ediciones del difunto OT. Por si fuera poco, Tu cara me suena se ha sumado a la moda de la teletienda y ha empezado a anunciar productos en medio de las galas. Sin ir más lejos en la última gala Carolina Cerezuela hacía de imagen de la empresa de ropa Venca. Estamos por tanto ante una de las mentiras y farsas más grandes de Antena 3, Tu cara me suena.

domingo, 16 de octubre de 2011

Operación Triunfo: diez años después

Hace diez años que se estrenó el concurso musical por excelencia en España, que marcó toda una generación y que logró convertirse en todo un éxito. 16 jóvenes llenos de ilusión y de ganas por triunfar en la música salían todos los lunes a las 22:00h en La1 de TVE para demostrarnos su talento. El 15 de Octubre de 2001 Operación Triunfo llegó a la televisión para quedarse toda una década.

Por aquel entonces la productora Gestmusic Endemol no era consciente de la gallina de los huevos de oro que acababa de lanzar al mercado. 8 ediciones, 142 concursantes, una media de 14 galas por edición, 2 cadenas de televisión, 3 presentadores, 2 discos de diamante y más de 30 discos de oro y de platino y una media de share de todas las ediciones de un 28,88% avalan el éxito que tuvo Operación Triunfo.

Concursantes de Operación Triunfo 2001/2002 (OT1)
En las primeras ediciones casi todos los concursantes tuvieron la oportunidad de sacar al mercado un álbum bajo el sello discográfico Vale Music Spain. Gestmusic y Academia de Artistas, empresa ya desaparecida, estaban detrás de las carreras de los jóvenes pero, sin embargo, no era oro todo lo que relucía. Acusados de darles la espalda, de desentenderse de ellos tras finalizar el programa y de no prepararlos para el descenso de la fama, muchos de los chicos de OT abandonaron Academia de Artistas y Vale Music, como fue el caso de Naím Thomas y Verónica Romeo de Operación Triunfo 2001-2002 (OT1). La compañía discográfica sabía por quién tenía que apostar y se encargó de ensalzar las carreras de David Bisbal, Chenoa, David Bustamante, Rosa López, Manuel Carrasco, Soraya Arnelas, Edurne… A estos hechos se les suman los rumores que decían que tanto discográfica como productora se lucraban gracias a todos los CD’s de las galas que publicaron, a las giras conjuntas de conciertos y a su respectiva película; y a otros productos de marketing como las revistas oficiales, las colecciones de posters, fotos y cromos, juegos para la PlayStation, etc.

Además, haber pasado por Operación Triunfo complicaba las cosas. Artistas consagrados y compañías discográficas se sintieron atacadas y veían con malos ojos a los jóvenes surgidos de este concurso. Por tanto, lejos de ayudarles a empezar una carrera musical, Operación Triunfo les complicó el camino. Muchos ex concursantes dejaron Vale Music, se buscaron otra discográfica – e incluso crearon la suya propia –, hicieron las Américas, empezaron a componer para otros artistas y formaron parte del elenco de varios musicales. Este panorama dista mucho de lo que ocurre en otros países, donde los participantes de este tipo de talent shows reciben todo el apoyo posible y son ahora grandes estrellas internacionales. Un ejemplo de ello son Leona Lewis y Alexandra Burke, ganadoras de The X Factor del Reino Unido; Cheryl Cole, que gracias a Popstars pasó a formar parte del grupo Girls Aloud; y Jennifer Hudson, Kelly Clarkson, Jordin Sparks, Carrie Underwood y Adam Lambert, de American Idol.

Algunos de los concursantes de
Operación Triunfo 2005 (OT4)
A partir de la tercera edición de Operación Triunfo, el desgaste en el formato se hizo evidente y TVE vendió el concurso a Telecinco. OT renació y se convirtió en un valor seguro de la cadena, aunque no llegó nunca a alcanzar la audiencia y los espectadores de la primera edición. La cadena, que se encargó de realizar cinco ediciones más, apostó por un OT basado en el espectáculo, en el reality y en conseguir altos índices de audiencia. El resultado de todo ello fue bueno para la cadena pero malo para los concursantes. Así, año tras año pasaban por la academia 16 juguetes rotos más de los que pocos, ni siquiera los ganadores, lograron alcanzar fama y reconocimiento. Actualmente, Telecinco tiene pendiente una edición más de Operación Triunfo pero, como dijo el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, “a OT se le hizo tanto daño que tiene que estar un tiempo en la UVI”.

Lejos de todo esto y pese a quien le pese, Operación Triunfo fue un programa que revolucionó la televisión en nuestro país. Los fans no se perdían ningún programa, asistían a los conciertos, se convirtieron en amantes del formato y llevaron a la gloria a artistas tan conocidos como los ya citados David Bisbal, David Bustamante, Chenoa y Soraya Arnelas, entre otros.

jueves, 6 de octubre de 2011

Antena 3, calidad o espectaculo

Antena 3 ofrece esta temporada las dos caras de la misma moneda. La cara es un proyecto ambicioso, con un gran equipo tras él y sobre el que se han puesto grandes expectativas. La cruz es un programa donde el show, las risas, personajes famosos y la música conforman el ‘rellenapantallas’ perfecto.  Gran Hotel y Tu cara me suena;  la serie y el talent show que Antena 3 tanto buscaba.

Gran Hotel de Antena 3 se inauguró este martes con más de 3.700.000 espectadores, con un 20% de audiencia, con el minuto de oro del día y desterrando a  Homicidios, la nueva ficción de Telecinco, a la tercera opción del martes y a su peor dato de temporada.  ¿Por qué Gran Hotel ha sido todo un éxito en su estreno? En primer lugar, la productora Bambú Producciones, encargada de otras series laureadas como Hispania y Gran reserva; en segundo lugar, el fantástico equipo de dirección, fotografía, vestuario, maquillaje y música; y en tercer lugar, el gran elenco de actores: Amaia Salamanca (SMS, Sin tetas no hay paraíso, Felipe y Letizia), Yon González (SMS, El Internado, Gran Reserva), Adriana Ozores (Los hombres de Paco, Periodistas y varias obras de teatro y películas), Eloy Azorín (Los Borgia, Todo sobre mi madre, Hospital central, Aida) y Concha Velasco y Asunción Balaguer, actrices de largo recorrido en cine, teatro y televisión; entre otros.

Reparto de Gran hotel
El as que Antena 3 se guardaba bajo la manga ha dado buenos resultados y ha logrado deslumbrar al público y la crítica de tal forma que, después de ver la serie, la respuesta de éstos era pensar que Gran Hotel no parecía una ficción española. La extraordinaria fotografía, la iluminación y la música han logrado hacer de esta producción algo que nuestra televisión necesitaba: ambición, perfección, calidad. Así, Gran Hotel, que bebe de la británica Downton Abbey pero sin llegar a ser una versión cutre y descafeinada como sucede con Cheers de Telecinco, se convertirá en un referente de la ficción nacional.

Por otra parte, Antena 3 puso en marcha hace una semana el concurso Tu cara me suena. El programa presentado por Manel Fuentes consta de ocho galas en las que varios famosos deben imitar en imagen, voz y gestos a un cantante. El que mejor lo haga a criterio del jurado compuesto por Ángel Llàcer (OT, Tu sí que vales), Carlos Latre, Carolina Cerezuela (Camera café, Hospital central) y la cantante Mónica Naranjo, ganará un premio en metálico destinado a una organización benéfica.

Y hasta aquí todo lo bonito, porqué el resto es más de lo mismo. Tierra de lobos ha conseguido frenar a Tu cara me suena y lidera la noche de los miércoles. Además, Antena 3 nos vende una producto que no es. Gestmusic, productora de este concurso musical, ha juntado en un mismo formato a Lluvia de estrellas, Mira quien baila/Más que baile, Eurovisión y a un amago de Operación Triunfo VIP. El resultado de semejante cocktail es un espectáculo barato, con famosos de segunda (Angy, Silvia Pantoja, la desaparecida Carolina Ferre, Francisco, Toñi Salazar, etc) y con versiones patéticas y anodinas que no hacen otra cosa que abochornar y dejar sordo al espectador. Eso sí, la caracterización está muy conseguida.

Manel Fuentes con los concursantes de Tu cara me suena
Pero una cosa no quita la otra y los elogios y burlas del jurado junto con canciones de antaño hacen de Tu cara me suena el Tú sí que vales de Antena 3. Pero el Tú sí que vales de hace unos años, cuando el mismo Ángel Llàcer, Noemi Galera y Los Morancos se reían con y de los participantes, se disfrazaban y gritaban cual circo se tratase. Por cierto, resulta destacable la lapidaria frase de ayer de Llàcer: “Gana el que mejor imita, no el que mejor canta”. Entonces ¿Silvia Pantoja, vencedora del segundo programa con la canción Cabaret de Liza Minnelli,  imitó perfectamente a la actriz con un inglés pésimo, un tono difuso y unos movimientos arrítmicos inconexos? Obviamente no.

Si por la boca muere el pez, Antena 3 estaría ya en la tumba. Hace unas semanas cancelaba Dónde estás corazón para sacar de su parrilla todo lo que fueran programas de prensa rosa, y ahora viene con show del rápido, del que quiere el público. Todo ello disfrazado bajo la prerrogativa de ‘programa familiar’. Desde luego, lo que quiere la familia a la que ellos aluden es transformismo, aplausos fáciles y programas al estilo de Telecinco. Déjense de apuestas absurdas y vayan a lo bueno, a lo que de verdad merece premios y alabanzas como Gran Hotel.

martes, 20 de septiembre de 2011

Telecinco acorrala

Jorge Javier Vázquez afirmaba durante la presentación de Acorralados que “el casting es brillante”. Y, tras ver la primera gala, todos podemos estar de acuerdo en que la calidad del casting brilla por su ausencia, algo a lo que Telecinco nos viene acostumbrando desde hace unos cuantos años. Superar el casting de OT2011, de Supervivientes 2009 y de varios Gran Hermano era un reto, pero Telecinco lo ha conseguido. El casting de Acorralados es el peor de todos, sin duda.

Además, escuchar al consejero delegado de Magnolia TV, productora del reality, decir que han buscado “a gente con muchas ganas de estar y de participar” huele a escusa barata. Señores de Magnolia TV y Telecinco, dejen de engañarnos. Acorralados no busca a famosos para que trabajen en una granja y cuiden animales. Acorralados busca a famosos que se insulten, se lancen amenazas, sean capaces de ducharse delante de una cámara, que acaben llenos de barro y plumas y que les disparen las audiencias. La cosa está complicada pero, ya se encargara de que este concurso, que bebe de La granja de los famosos de Antena 3, sea un éxito la madre de Aída Nízar, la mujer del fallecido Ángel Cristo, Bárbara Rey; el ex marido de Rocío Carrasco, Antonio David Flores; Leticia Sabater,  el atracador El Dioni, la actriz porno y acróbata vaginal Sonia Baby, una mujer llamada Regina Do Santos, Blanca de Borbón, hija de un bastardo real; y representantes de la propia cosecha de Telecinco: Nagore de GH, un tal Raúl Hidalgo, chico de Call TV, y Reche y Brenda de Mujeres, hombres y viceversa. Un casting brillante, desde luego.  

Los 12 concursantes de Acorralados

Durante 10 semanas, veremos de nuevo a Jorge Javier riéndose de los concursantes, provocándoles entre ellos y saltándose la norma de no dar información del exterior. Nada más empezar Vázquez le espetó a Blanca de Borbón: “Por aquí dicen que te pareces a Pocholo Martínez Bordiú” ¿Dónde quedan esas conexiones imparciales, objetivas, breves y precisas de Mercedes Milá y Jesús Vázquez? Al igual que en Supervivientes, la única nota de calidad a todo este circo se llama Raquel Sánchez Silva. Pero una sola rosa no embellece una pocilga. Cuatro se ha perdido a una de las mejores profesionales que tiene en este momento la televisión de nuestro país. Relegar a Silva de Pekín Express por Supervivientes y Acorralados es un error de los grandes, como cantaba Laura Pausini.

Sin embargo la oferta que propone la televisión es muy amplia y hay otras opciones a parte del show de Jorge Javier. Antena3 ofrece la segunda temporada de El barco con argumentos inverosímiles y escenas futuristas. Una mezcla imperfecta entre Lost y El Internado en la que se suceden misterios increíbles, conexiones entre los pasajeros, pasados ocultos, enfermedades que se propagan por el aire, peces mutantes y cuerpos desnudos. Lo único bueno de El barco es Ivan Massagué, Irene Montalá y Neus Sanz. Aún así, Mario Casas es un valor seguro y la serie tiene éxito. No obstante, Casas tiene la misma cara, los mismos ojos y los mismos músculos en todas las escenas. Nada nuevo bajo el sol. Otra opción fuerte en la noche del jueves es Cuéntame, que va por la decimotercera temporada y lejos de aburrir con sus historias, Inmanol Arias y compañía siguen dándole éxitos a TVE.

El morbo ganará de nuevo la partida y con toda seguridad Acorralados dominará la noche de los jueves. A TVE y Antena3 les ha salido un duro rival: el show fácil. Y como bien revelaron los datos de audiencia de la semana pasada, a ambas cadenas les hará falta algo más que chicos y chicas sin ropa para competir con Telecinco.

viernes, 8 de julio de 2011

¿Por qué murió Operación Triunfo?

Los bochornosos, patéticos y deleznables hechos ocurridos ayer en la presente edición de Supervivientes hacen cuestionar los límites y la ética de la televisión. Sin embargo, este no es el asunto que voy a tratar en las siguientes líneas puesto que, cualquiera con dos dedos de frente puede concluir que Telecinco carece de valores y de moralidad. Por ello, paso a explicar, de forma ejemplificada con el concurso presentado actualmente por Jorge Javier Vázquez, la técnica que la cadena de Mediaset España está llevando a cabo: la degradación de los ‘reality show’.

Supervivientes en sus inicios fue concebido como un concurso donde sólo participaban concursantes anónimos, como en Gran Hermano. Claro que esto fue en el año 2000 y, curiosamente, en Telecinco. Tres años después y hasta 2005, Antena 3 se encargó de producir cuatro ediciones con los nombres de La isla de los FamoS.O.S., La selva de los FamoS.O.S. y Aventura en África. Como es evidente, los concursantes eran rostros conocidos. Finalmente en 2006, Telecinco compró de nuevo el ‘reality’, siguiendo la línea de Antena3 de usar a famosos como concursantes. De este modo, de 2006 a 2010 Jesús Vázquez presentó el ya célebre concurso, la dirección del cual decidió mezclar a famosos con concursantes anónimos en el último año citado. El show estaba servido.

La tragedia se desató cuando este año se cambió por motivos internos a Jesús Vázquez por Jorge Javier Vázquez como conductor del programa. Desde entonces, Supervivientes sufre una horrible enfermedad degenerativa.  Las expulsiones se realizan en los últimos minutos del concurso, concretamente ayer comunicaron que el expulsado era Arturo a la 1:17h de la madrugada; las nominaciones varían: una semana hay 2 nominados, otra semana hay 3 pero, lo que se mantiene inmutable, es que las citadas nominaciones se realizan deprisa y corriendo después de la expulsión, es decir, a las 1:20h aproximadamente. Recordemos que todo esto se da cuando el programa debe finalizar, según lo previsto, a la 1:30h. Todo un despropósito.

Pero aún hay más, ahora no interesa si los concursantes aprenden a pescar, a hacer fuego o a valerse por sí mismos. No. Ahora lo importante es dejar casi dos horas de ‘prime time’ para que la Pantoja se reconcilie con Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, y muestre su soberbia y orgullo en pantalla. Parece ser que también es más relevante comprobar cómo la vida de Rosa Benito en España no es la que ella quisiera y, por ello, se hace de obligado cumplimiento que su marido, Amador Mohedano, vaya expresamente a Honduras para visitarla. Visto lo visto, en este juego sucio basado en conseguir la máxima audiencia posible, el plató de Supervivientes debe convertirse en el de Sálvame y los ex concursantes y los familiares han de insultarse y dedicarse gestos de desprecio. Y, qué esperar de un casting en el que hay una joven transexual, un personaje mediático ‘hijo de’ como Kiko Rivera y una polemista como Aída Nízar. Justamente, el caos se desata.

¿A caso es de extrañar que la innecesaria vuelta de Aída Nízar haga que Jorge Javier, presentador del formato con cierta voz de autoridad entre el público, le dedique apelativos como “enferma”, “mala persona” e “hija de puta”? ¿Resulta raro que la primera expulsada de Supervivientes le pregunte a Rosa Benito dónde quiere ser enterrado Ortega Cano? ¿Tiene que aguantar una madre que un hombre mediático como J. J. Vázquez le diga a su hija en su presencia los insultos anteriores? Por supuesto que todos sabemos cómo se las gasta Aída Nízar y su madre, pero ayer Telecinco cruzó la línea. Un presentador debe ser imparcial, objetivo y no puede humillar a ningún concursante porqué, como bien apuntaba la incorrecta Nízar, Jorge Javier lleva la batuta y tiene el poder de sentenciar y desterrar a quien quiera televisivamente. Ayer el nuevo ‘multipresentador’ de Telecinco se equivocó al dejarse llevar por sus impulsos y calificar a una persona, concursante o no, de esa manera delante de 4.159.000 espectadores. Por último, un pequeño apunte: dudo, señora Ana Rosa Quintana, que Aída Nízar sea una hija de puta, como bien usted ha dejado claro hoy en su programa.

Y ahora es cuando invito a la reflexión. ¿No ha hecho lo mismo Operación Triunfo este año? Ha cambiado de presentador, el jurado no era fijo sino que iban y venían figuras del ámbito musical, los contenidos del programa versaban sobre si los concursantes decían tacos o no o si se comían 8 ó 9 filetes de pollo para cenar; las canciones no duraban en muchos casos los dos minutos y los profesores les decían a sus alumnos frases como “en este canción tienes que ser una drogadicta, una ‘yonkie’”.

No obstante, la degradación de los ‘reality show’ ha afectado de forma diferente a OT y Supervivientes, logrando la muerte de uno y la gloria de otro. ¿Por qué? Fácil. El público al que va dirigido el programa no es el mismo. En Supervivientes la gente quiere show y morbo. Quiere ver como los famosos pasan penurias y sufren y, si se insultan entre ellos y se levantan la mano, mejor que mejor.  En Operación Triunfo lo que busca el público es totalmente contrario: la audiencia quiere ver cómo se forman los chicos y cómo evolucionan. El público de este concurso musical no quiere saber si los concursantes se saltan la dieta o se insultan, no quiere ver un reencuentro con con sus familias y no quiere que se expulse y se nomine a la 1 de la madrugada. Quiere ver las canciones, el show en el escenario. Y no es cierto que se busque la humillación de los concursantes. Sólo los que son admiradores de las palabras de Risto Mejide y no de Operación Triunfo cambiaban de canal a la hora de las nominaciones. Así que ese argumento no me vale.

He aquí pues la cara y la cruz de la última y novedosa técnica empleada por Paolo Vasile. Como sigan así, la gente llamará a Telecinco ‘Telecirco’.