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domingo, 16 de octubre de 2011

Operación Triunfo: diez años después

Hace diez años que se estrenó el concurso musical por excelencia en España, que marcó toda una generación y que logró convertirse en todo un éxito. 16 jóvenes llenos de ilusión y de ganas por triunfar en la música salían todos los lunes a las 22:00h en La1 de TVE para demostrarnos su talento. El 15 de Octubre de 2001 Operación Triunfo llegó a la televisión para quedarse toda una década.

Por aquel entonces la productora Gestmusic Endemol no era consciente de la gallina de los huevos de oro que acababa de lanzar al mercado. 8 ediciones, 142 concursantes, una media de 14 galas por edición, 2 cadenas de televisión, 3 presentadores, 2 discos de diamante y más de 30 discos de oro y de platino y una media de share de todas las ediciones de un 28,88% avalan el éxito que tuvo Operación Triunfo.

Concursantes de Operación Triunfo 2001/2002 (OT1)
En las primeras ediciones casi todos los concursantes tuvieron la oportunidad de sacar al mercado un álbum bajo el sello discográfico Vale Music Spain. Gestmusic y Academia de Artistas, empresa ya desaparecida, estaban detrás de las carreras de los jóvenes pero, sin embargo, no era oro todo lo que relucía. Acusados de darles la espalda, de desentenderse de ellos tras finalizar el programa y de no prepararlos para el descenso de la fama, muchos de los chicos de OT abandonaron Academia de Artistas y Vale Music, como fue el caso de Naím Thomas y Verónica Romeo de Operación Triunfo 2001-2002 (OT1). La compañía discográfica sabía por quién tenía que apostar y se encargó de ensalzar las carreras de David Bisbal, Chenoa, David Bustamante, Rosa López, Manuel Carrasco, Soraya Arnelas, Edurne… A estos hechos se les suman los rumores que decían que tanto discográfica como productora se lucraban gracias a todos los CD’s de las galas que publicaron, a las giras conjuntas de conciertos y a su respectiva película; y a otros productos de marketing como las revistas oficiales, las colecciones de posters, fotos y cromos, juegos para la PlayStation, etc.

Además, haber pasado por Operación Triunfo complicaba las cosas. Artistas consagrados y compañías discográficas se sintieron atacadas y veían con malos ojos a los jóvenes surgidos de este concurso. Por tanto, lejos de ayudarles a empezar una carrera musical, Operación Triunfo les complicó el camino. Muchos ex concursantes dejaron Vale Music, se buscaron otra discográfica – e incluso crearon la suya propia –, hicieron las Américas, empezaron a componer para otros artistas y formaron parte del elenco de varios musicales. Este panorama dista mucho de lo que ocurre en otros países, donde los participantes de este tipo de talent shows reciben todo el apoyo posible y son ahora grandes estrellas internacionales. Un ejemplo de ello son Leona Lewis y Alexandra Burke, ganadoras de The X Factor del Reino Unido; Cheryl Cole, que gracias a Popstars pasó a formar parte del grupo Girls Aloud; y Jennifer Hudson, Kelly Clarkson, Jordin Sparks, Carrie Underwood y Adam Lambert, de American Idol.

Algunos de los concursantes de
Operación Triunfo 2005 (OT4)
A partir de la tercera edición de Operación Triunfo, el desgaste en el formato se hizo evidente y TVE vendió el concurso a Telecinco. OT renació y se convirtió en un valor seguro de la cadena, aunque no llegó nunca a alcanzar la audiencia y los espectadores de la primera edición. La cadena, que se encargó de realizar cinco ediciones más, apostó por un OT basado en el espectáculo, en el reality y en conseguir altos índices de audiencia. El resultado de todo ello fue bueno para la cadena pero malo para los concursantes. Así, año tras año pasaban por la academia 16 juguetes rotos más de los que pocos, ni siquiera los ganadores, lograron alcanzar fama y reconocimiento. Actualmente, Telecinco tiene pendiente una edición más de Operación Triunfo pero, como dijo el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, “a OT se le hizo tanto daño que tiene que estar un tiempo en la UVI”.

Lejos de todo esto y pese a quien le pese, Operación Triunfo fue un programa que revolucionó la televisión en nuestro país. Los fans no se perdían ningún programa, asistían a los conciertos, se convirtieron en amantes del formato y llevaron a la gloria a artistas tan conocidos como los ya citados David Bisbal, David Bustamante, Chenoa y Soraya Arnelas, entre otros.

viernes, 8 de julio de 2011

¿Por qué murió Operación Triunfo?

Los bochornosos, patéticos y deleznables hechos ocurridos ayer en la presente edición de Supervivientes hacen cuestionar los límites y la ética de la televisión. Sin embargo, este no es el asunto que voy a tratar en las siguientes líneas puesto que, cualquiera con dos dedos de frente puede concluir que Telecinco carece de valores y de moralidad. Por ello, paso a explicar, de forma ejemplificada con el concurso presentado actualmente por Jorge Javier Vázquez, la técnica que la cadena de Mediaset España está llevando a cabo: la degradación de los ‘reality show’.

Supervivientes en sus inicios fue concebido como un concurso donde sólo participaban concursantes anónimos, como en Gran Hermano. Claro que esto fue en el año 2000 y, curiosamente, en Telecinco. Tres años después y hasta 2005, Antena 3 se encargó de producir cuatro ediciones con los nombres de La isla de los FamoS.O.S., La selva de los FamoS.O.S. y Aventura en África. Como es evidente, los concursantes eran rostros conocidos. Finalmente en 2006, Telecinco compró de nuevo el ‘reality’, siguiendo la línea de Antena3 de usar a famosos como concursantes. De este modo, de 2006 a 2010 Jesús Vázquez presentó el ya célebre concurso, la dirección del cual decidió mezclar a famosos con concursantes anónimos en el último año citado. El show estaba servido.

La tragedia se desató cuando este año se cambió por motivos internos a Jesús Vázquez por Jorge Javier Vázquez como conductor del programa. Desde entonces, Supervivientes sufre una horrible enfermedad degenerativa.  Las expulsiones se realizan en los últimos minutos del concurso, concretamente ayer comunicaron que el expulsado era Arturo a la 1:17h de la madrugada; las nominaciones varían: una semana hay 2 nominados, otra semana hay 3 pero, lo que se mantiene inmutable, es que las citadas nominaciones se realizan deprisa y corriendo después de la expulsión, es decir, a las 1:20h aproximadamente. Recordemos que todo esto se da cuando el programa debe finalizar, según lo previsto, a la 1:30h. Todo un despropósito.

Pero aún hay más, ahora no interesa si los concursantes aprenden a pescar, a hacer fuego o a valerse por sí mismos. No. Ahora lo importante es dejar casi dos horas de ‘prime time’ para que la Pantoja se reconcilie con Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, y muestre su soberbia y orgullo en pantalla. Parece ser que también es más relevante comprobar cómo la vida de Rosa Benito en España no es la que ella quisiera y, por ello, se hace de obligado cumplimiento que su marido, Amador Mohedano, vaya expresamente a Honduras para visitarla. Visto lo visto, en este juego sucio basado en conseguir la máxima audiencia posible, el plató de Supervivientes debe convertirse en el de Sálvame y los ex concursantes y los familiares han de insultarse y dedicarse gestos de desprecio. Y, qué esperar de un casting en el que hay una joven transexual, un personaje mediático ‘hijo de’ como Kiko Rivera y una polemista como Aída Nízar. Justamente, el caos se desata.

¿A caso es de extrañar que la innecesaria vuelta de Aída Nízar haga que Jorge Javier, presentador del formato con cierta voz de autoridad entre el público, le dedique apelativos como “enferma”, “mala persona” e “hija de puta”? ¿Resulta raro que la primera expulsada de Supervivientes le pregunte a Rosa Benito dónde quiere ser enterrado Ortega Cano? ¿Tiene que aguantar una madre que un hombre mediático como J. J. Vázquez le diga a su hija en su presencia los insultos anteriores? Por supuesto que todos sabemos cómo se las gasta Aída Nízar y su madre, pero ayer Telecinco cruzó la línea. Un presentador debe ser imparcial, objetivo y no puede humillar a ningún concursante porqué, como bien apuntaba la incorrecta Nízar, Jorge Javier lleva la batuta y tiene el poder de sentenciar y desterrar a quien quiera televisivamente. Ayer el nuevo ‘multipresentador’ de Telecinco se equivocó al dejarse llevar por sus impulsos y calificar a una persona, concursante o no, de esa manera delante de 4.159.000 espectadores. Por último, un pequeño apunte: dudo, señora Ana Rosa Quintana, que Aída Nízar sea una hija de puta, como bien usted ha dejado claro hoy en su programa.

Y ahora es cuando invito a la reflexión. ¿No ha hecho lo mismo Operación Triunfo este año? Ha cambiado de presentador, el jurado no era fijo sino que iban y venían figuras del ámbito musical, los contenidos del programa versaban sobre si los concursantes decían tacos o no o si se comían 8 ó 9 filetes de pollo para cenar; las canciones no duraban en muchos casos los dos minutos y los profesores les decían a sus alumnos frases como “en este canción tienes que ser una drogadicta, una ‘yonkie’”.

No obstante, la degradación de los ‘reality show’ ha afectado de forma diferente a OT y Supervivientes, logrando la muerte de uno y la gloria de otro. ¿Por qué? Fácil. El público al que va dirigido el programa no es el mismo. En Supervivientes la gente quiere show y morbo. Quiere ver como los famosos pasan penurias y sufren y, si se insultan entre ellos y se levantan la mano, mejor que mejor.  En Operación Triunfo lo que busca el público es totalmente contrario: la audiencia quiere ver cómo se forman los chicos y cómo evolucionan. El público de este concurso musical no quiere saber si los concursantes se saltan la dieta o se insultan, no quiere ver un reencuentro con con sus familias y no quiere que se expulse y se nomine a la 1 de la madrugada. Quiere ver las canciones, el show en el escenario. Y no es cierto que se busque la humillación de los concursantes. Sólo los que son admiradores de las palabras de Risto Mejide y no de Operación Triunfo cambiaban de canal a la hora de las nominaciones. Así que ese argumento no me vale.

He aquí pues la cara y la cruz de la última y novedosa técnica empleada por Paolo Vasile. Como sigan así, la gente llamará a Telecinco ‘Telecirco’.