miércoles, 20 de julio de 2011

Cómo copiar un reality y que Telecinco se entere

A raíz de El barco, serie que se ha convertido en el éxito de la temporada para Antena 3, la cadena emitió ayer el primer programa de El barco: rumbo a lo desconocido, ‘reality’ ambientado en la ficción protagonizada por el hinchado Mario Casas y la nueva chica Almodóvar Blanca Suárez. El objetivo de este nuevo concurso es pasar 30 días en un barco con la finalidad de cumplir un sueño. Parece ser que lo más innovador de este fugaz ‘reality’ es el premio, que no es dinero material, sino un sueño que cada concursante ha dejado escrito en un pergamino. Sin embargo, y por lo que respecta al funcionamiento del programa, Globomedia, la productora de El barco: rumbo a lo desconocido, no ha reparado en utilizar un formato similar al de otros concursos que se emiten en Telecinco.

Como si de una condición indispensable se tratase, los participantes del nuevo programa de Antena3 no se conocen, no pueden tener contacto con el exterior y han de sobrevivir en alta mar. Prácticas sospechosamente similares a las que se llevan a cabo en Supervivientes y Gran Hermano. Pero aún hay más. Y es que, además de que los concursantes cumplen todos los prototipos imaginados – vemos así al típico chico entrado en carnes, al chulo de gimnasio, al macarra, a la pija consentida y a la ama de casa aburrida –, éstos han de luchar por la inmunidad a través de pruebas que consisten en transmitir un mensaje de banderas o subir y bajar la cima de un peñón con rapidez. ¿No es esto lo mismo que ocurre en el concurso de supervivencia que se emite actualmente en Telecinco?

Asimismo, El barco: rumbo a lo desconocido divide a los concursantes en dos grupos, los oficiales y los marineros, al igual que se viene haciendo en Supervivientes desde los últimos tres años. Otro dato curioso es que las condiciones de vida en el barco de los oficiales son mejores que las de los marineros, como ya lo fue en la casa rica y la casa pobre de GHVip y Gran Hermano X.  Y, para finalizar, ¿son necesarias las imágenes del médico del barco revisando a una mujer mareada? Creía que lo de las imágenes escabrosas, como mostrar la curación de una almorrana a Pipi Estrada en las islas del Caribe, era sólo cosa de Telecinco.

De este modo, para disimular la similitud con otros programas, Anteana3 ha tirado la casa por la ventana y titula el ‘reality’ con el mismo nombre de la serie que le sirve de inspiración, El barco. No obstante, El barco, rumbo a lo desconocido no tiene nada que ver con la ficción nacional revelación de este año. Lo sentimos pero no van a ver a Mario Casas quitarse la camiseta, otra vez. Y en vista de la audiencia obtenida en su primera emisión, este nuevo concurso tiene todas las papeletas de ser relegado al ‘late night’ y pasar a emitirse a partir de las doce de la noche. Principalmente, porque Antena3 prometía innovación y ayer repetía la misma esencia de todos los ‘realitys’: discusión, nominación y expulsión. Un programa más destinado a suplir las largas noches de verano hasta el inicio de la nueva temporada.

viernes, 15 de julio de 2011

La espera

Espero el día en que llegue la luz. Espero el momento que me devuelva las ganas de luchar. Espero la mano que me ayude a levantarme. Espero la hora de mi libertad.

Espero.
Espero.
Llevo años esperando y no llega nada.

viernes, 8 de julio de 2011

¿Por qué murió Operación Triunfo?

Los bochornosos, patéticos y deleznables hechos ocurridos ayer en la presente edición de Supervivientes hacen cuestionar los límites y la ética de la televisión. Sin embargo, este no es el asunto que voy a tratar en las siguientes líneas puesto que, cualquiera con dos dedos de frente puede concluir que Telecinco carece de valores y de moralidad. Por ello, paso a explicar, de forma ejemplificada con el concurso presentado actualmente por Jorge Javier Vázquez, la técnica que la cadena de Mediaset España está llevando a cabo: la degradación de los ‘reality show’.

Supervivientes en sus inicios fue concebido como un concurso donde sólo participaban concursantes anónimos, como en Gran Hermano. Claro que esto fue en el año 2000 y, curiosamente, en Telecinco. Tres años después y hasta 2005, Antena 3 se encargó de producir cuatro ediciones con los nombres de La isla de los FamoS.O.S., La selva de los FamoS.O.S. y Aventura en África. Como es evidente, los concursantes eran rostros conocidos. Finalmente en 2006, Telecinco compró de nuevo el ‘reality’, siguiendo la línea de Antena3 de usar a famosos como concursantes. De este modo, de 2006 a 2010 Jesús Vázquez presentó el ya célebre concurso, la dirección del cual decidió mezclar a famosos con concursantes anónimos en el último año citado. El show estaba servido.

La tragedia se desató cuando este año se cambió por motivos internos a Jesús Vázquez por Jorge Javier Vázquez como conductor del programa. Desde entonces, Supervivientes sufre una horrible enfermedad degenerativa.  Las expulsiones se realizan en los últimos minutos del concurso, concretamente ayer comunicaron que el expulsado era Arturo a la 1:17h de la madrugada; las nominaciones varían: una semana hay 2 nominados, otra semana hay 3 pero, lo que se mantiene inmutable, es que las citadas nominaciones se realizan deprisa y corriendo después de la expulsión, es decir, a las 1:20h aproximadamente. Recordemos que todo esto se da cuando el programa debe finalizar, según lo previsto, a la 1:30h. Todo un despropósito.

Pero aún hay más, ahora no interesa si los concursantes aprenden a pescar, a hacer fuego o a valerse por sí mismos. No. Ahora lo importante es dejar casi dos horas de ‘prime time’ para que la Pantoja se reconcilie con Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, y muestre su soberbia y orgullo en pantalla. Parece ser que también es más relevante comprobar cómo la vida de Rosa Benito en España no es la que ella quisiera y, por ello, se hace de obligado cumplimiento que su marido, Amador Mohedano, vaya expresamente a Honduras para visitarla. Visto lo visto, en este juego sucio basado en conseguir la máxima audiencia posible, el plató de Supervivientes debe convertirse en el de Sálvame y los ex concursantes y los familiares han de insultarse y dedicarse gestos de desprecio. Y, qué esperar de un casting en el que hay una joven transexual, un personaje mediático ‘hijo de’ como Kiko Rivera y una polemista como Aída Nízar. Justamente, el caos se desata.

¿A caso es de extrañar que la innecesaria vuelta de Aída Nízar haga que Jorge Javier, presentador del formato con cierta voz de autoridad entre el público, le dedique apelativos como “enferma”, “mala persona” e “hija de puta”? ¿Resulta raro que la primera expulsada de Supervivientes le pregunte a Rosa Benito dónde quiere ser enterrado Ortega Cano? ¿Tiene que aguantar una madre que un hombre mediático como J. J. Vázquez le diga a su hija en su presencia los insultos anteriores? Por supuesto que todos sabemos cómo se las gasta Aída Nízar y su madre, pero ayer Telecinco cruzó la línea. Un presentador debe ser imparcial, objetivo y no puede humillar a ningún concursante porqué, como bien apuntaba la incorrecta Nízar, Jorge Javier lleva la batuta y tiene el poder de sentenciar y desterrar a quien quiera televisivamente. Ayer el nuevo ‘multipresentador’ de Telecinco se equivocó al dejarse llevar por sus impulsos y calificar a una persona, concursante o no, de esa manera delante de 4.159.000 espectadores. Por último, un pequeño apunte: dudo, señora Ana Rosa Quintana, que Aída Nízar sea una hija de puta, como bien usted ha dejado claro hoy en su programa.

Y ahora es cuando invito a la reflexión. ¿No ha hecho lo mismo Operación Triunfo este año? Ha cambiado de presentador, el jurado no era fijo sino que iban y venían figuras del ámbito musical, los contenidos del programa versaban sobre si los concursantes decían tacos o no o si se comían 8 ó 9 filetes de pollo para cenar; las canciones no duraban en muchos casos los dos minutos y los profesores les decían a sus alumnos frases como “en este canción tienes que ser una drogadicta, una ‘yonkie’”.

No obstante, la degradación de los ‘reality show’ ha afectado de forma diferente a OT y Supervivientes, logrando la muerte de uno y la gloria de otro. ¿Por qué? Fácil. El público al que va dirigido el programa no es el mismo. En Supervivientes la gente quiere show y morbo. Quiere ver como los famosos pasan penurias y sufren y, si se insultan entre ellos y se levantan la mano, mejor que mejor.  En Operación Triunfo lo que busca el público es totalmente contrario: la audiencia quiere ver cómo se forman los chicos y cómo evolucionan. El público de este concurso musical no quiere saber si los concursantes se saltan la dieta o se insultan, no quiere ver un reencuentro con con sus familias y no quiere que se expulse y se nomine a la 1 de la madrugada. Quiere ver las canciones, el show en el escenario. Y no es cierto que se busque la humillación de los concursantes. Sólo los que son admiradores de las palabras de Risto Mejide y no de Operación Triunfo cambiaban de canal a la hora de las nominaciones. Así que ese argumento no me vale.

He aquí pues la cara y la cruz de la última y novedosa técnica empleada por Paolo Vasile. Como sigan así, la gente llamará a Telecinco ‘Telecirco’.

martes, 5 de julio de 2011

Ninguno para ganar

Ayer, fue un día clave para la nueva familia televisiva, Mediaset España, que estrenaba varios programas en sus dos canales principales. Por una parte, el cabeza de familia, Telecinco, apostaba fuerte y emitía en prime time la primera parte de la tv movie 11-M compitiendo contra Los misterios de Laura en La1, serie protagonizada por la genuina María Pujalte. Por otra parte, la matriarca de Mediaset, Cuatro, tiraba la casa por la ventana y estrenaba No le digas a mamá que trabajo en la tele, programa que busca la perfecta sustitución del exitoso Tonterías las justas; Mójate presentado por Rafa Méndez y Marbelys Zámora, profesores del exprimido Fama, ¡a bailar!; y, por último, Uno para ganar, un talent show conducido por Jesús Vázquez, que presume de cosechar varios éxitos en medio mundo.

El resultado, predecible: No le digas… anotó un 4,3% de audiencia, datos similares a los de su programa predecesor; Mójate registró un escueto 6,6%, varios puntos menos que el programa insignia de la cadena, El Hormiguero; 11-M con un 14,1% fue la segunda opción de la noche y, por último, Uno para ganar llegó con éxito a la pequeña pantalla marcando un 9,2% de audiencia.

Como era de esperar Twitter cargó tintas contra No le digas a mamá…, y es que el nuevo programa de Goyo Jiménez y Lorena Castell se valió de chistes repetidos, de reportajes irónicos (?) sobre Víctor Sandoval y su marido – toda una novedad que nunca ha hecho Vuélveme loca o el propio Sálvame –,  de imitaciones más que vistas de Jorge Javier Vázquez y de grandes dosis de sobreactuación. Como una mezcla de Callejeros viajeros: playas de… y Mujeres, Hombres Y Viceversa se presentaba ayer ante el ojo del televidente Mójate. Paseos por las playas, freaks semidesnudos y cuerpos macizos y esculturales es lo que veremos en Cuatro, donde la piscina y los susodichos bailes empiezan al cuarto de hora de finalizar el programa. Lo único positivo de todo esto son los comentarios agrios de Rafa Méndez, lo demás, todo farfolla.

Jesús Vázquez, al frente de Uno para ganar

Y, finalmente, la batalla conyugal comenzaba a las 22:30 horas de la noche: Telecinco con 11-M y Cuatro con Uno para ganar. No obstante, el matrimonio pasó a ser un trío y Los misterios de Laura barrió a los de Mediaset. Poco puedo decir de la primera parte de los atentados de Atocha de marzo de 2004 ya que, me entretuvo más el concurso de Jesús Vázquez y sólo mantuve en mi televisor Telecinco en los cortes publicitarios de Cuatro.

Al programa de Jesús Vázquez le veo un inconveniente: Uno para ganar entretiene y divierte durante 30 minutos, pasado este tiempo el concurso se hace repetitivo y lento pues, el espectador espera pruebas parecidas a las anteriores. Aún así, resta todo el verano para ver cómo funcionarán las apuestas de Cuatro, aunque el equipo de No le digas a mamá… debería cambiar por completo los guiones y Mójate, al ser un programa hecho para estos meses estivales, tiene fecha de caducidad temprana: septiembre, el inicio de la nueva temporada.

sábado, 28 de mayo de 2011

Imagen rota a través del espejo

Caminando por la calle, giro mi vista a la derecha y la veo. Veo la imagen de mi cuerpo reflejado en un cristal. Es etérea, transparente y efímera. Efímera hasta que dé media vuelta, prosiga en mi camino y la vuelva a ver en mi habitación. Allí está: sola, voluptuosa, enorme, gigante, inmutable, no cambia, lleva varios años sin cambiar. Parece sucia, esperpéntica, deforme y abrupta.

Las gruesas líneas de mi imagen se hacen fuertes y vigorosas, cada vez que prestó toda mi atención en ellas. Claramente no soy James Dean, tampoco soy un prototipo a seguir y, por supuesto, no será por mi encanto físico por lo que consiga un puesto de trabajo. Podré llorar todo lo que quiera y podría marcar símiles de mi imagen con la de otros. Pero no voy a conseguir nada.

Estupidez el dejar de comer, estupidez devolver lo que ingerí, estupidez que empieza cuando los demás acaban. Las mofas, los chistes, las comparaciones, la profunda grieta que afecta el marco social causa estragos en las personas más débiles y susceptibles que lo conforman. En vez de ayudar y de ser tolerantes con la diferencia, con lo que no está pautado dentro del innecesario círculo, se ríen de los que no son como ellos, de los que no son perfectos en estilo, imagen y semejanza. Nadie dice nada, nadie defiende nada: contribuyen a la burla. Alimentan su patético ego.

Tampoco pienso hacer yo nada. Me sentaré, miraré el tiempo pasar y me alimentaré de la resignación que me caracteriza, al fin y al cabo, está todo perdido. No tengo fuerzas, no tengo ganas. ¿Qué tengo? No tengo aire, no tengo agua. Soy un ser formado por conciencia y pensamiento, que guarda en su interior una imagen rota de sí mismo vista a través de un espejo.

domingo, 15 de mayo de 2011

Eurovisión corre hacia el Este

Avise que no había que subestimarla y que era una potenciable ganadora. Y lo fue. El dúo azerí formado por Eldar & Nigar, en anglosajón Ell & Nikki, vencieron la 56 edición de Eurovisión con 221 puntos. Canción pura, clara y blanca, ‘Running scared’ (‘Corriendo asustado’) eclipsó a los favoritos de eurofans y casas de pago: Francia, Estonia, Reino Unido, Suecia y Hungría. A Irlanda no la nombro ya que nunca fue favorita, salvo los tres últimos días, y ayer se comprobó que el frikismo queda ya lejano, olvidado y relegado.

Ell & Nikki interpretando 'Running scard'
 
Azerbaiyán, que actuó en la posición número 19, venció por sorpresa de casi todos - mía no - y de José María Íñigo, quien no dejaba de repetir sandeces e incoherencias a lo largo de las votaciones. Hay que apuntar que La Tierra Del Fuego, nombre etimológico, buscaba el triunfo de Eurovisión desde al año de su debut en 2008. Y a la cuarta va la vencida, que no a la tercera como muchos diarios de tirada nacional dicen en sus páginas – infórmense mejor  que para algo es su labor - . Tras una octava, tercera y quinta plaza en los certámenes anteriores, Bakú acogerá, con toda certeza, la 57ª edición del festival de Eurovisión.

Como era obvio y de esperar, titulares sensacionalistas y absurdos acaparan las portadas de varios periódicos. Sí, Azerbaiyán es del este de Europa, está en el Cáucaso y limita con el Mar Caspio. Pero no ha ganado por sus vecinos. Hasta donde yo sé, llámenme cateto si lo ven oportuno, Azerbaiyán tiene tres vecinos: Rusia, Georgia y Armenia. Sin embargo, otros países más alejados votaron al dúo azerí: Malta le dio 12 puntos, San Marino, Rumania, Moldavia, Ucrania, Croacia 10 puntos y Austria, Estonia, Islandia, Lituania, entre otros, 8 puntos. ¿Son estos a caso sus vecinos? Azerbaiyán ganó porqué sin duda lo merecía. Es una canción con mucho impacto visual, el cual se vio reforzado por una espléndida lluvia de fuegos artificiales, si bien es cierto que el directo era flojo.

Batacazo y decepción de los máximos favoritos de esta edición, como era de esperar. Hungría, que se quedó en el puesto 22 con 53 puntos, salió a escena con voz regular, aburriendo hasta la saciedad. ¿Cómo se puede presentar una canción disco-dance y pasarse los tres minutos estática y rígida en el escenario? Además, la función de los tres bailarines, sigo sin entenderla. ¿Bailaron acaso? Asimismo, también se preveía la derrota de Francia: la canción se hizo larga y la cara insegura de ‘no estoy haciéndolo del todo bien’ del despeinado Amaury Vassili era un poema. Resultado: puesto 15 con 88 puntos. Y qué decir de los Blue de Reino Unido, que se quedaron con 100 puntos en onceava posición. Acortando: el directo fue pésimo. Tantos años separados para juntarse para Eurovisión pasa factura y es que las voces no estaban del todo empastadas. El momento en el que el rubiales hacía los agudos, los oídos y el corazón se encogían de escuchar semejante chirrido y cacareo.

Caso excepcional fue Eric Saade de Suecia, que hizo una actuación francamente genial, lo que le valió de un honroso 3er puesto y Getter Jaani de Estonia con su desconcertante posición 24. Quizás el actuar rodeada de favoritos hizo sombra a su actuación de ‘Rockefeller street’, a la que yo daba por ganadora por su frescura, originalidad escénica y porqué su tema podría estar sonando perfectamente en cualquier emisora radiofónica.

Otras anotaciones que me resultan curiosas: Italia quedó en 2 ª posición por la calidad de la canción y por elogiar a la RAI, evitando así que ésta se retire de nuevo del certamen. Ucrania, con un canción sinsentido, boba, facilona y no merecedora de la cuarta plaza final, se vio favorecida por salir de las últimas en actuar y por su innovadora puesta en escena, sino no se encuentra explicación a tan alta posición. Esperpéntico el resultado de Grecia, Moldavia y Georgia, que envíen lo que envíen son TOP-10. ¿Son estas canciones mejores que las de Austria, Suiza, Eslovenia, Serbia y Estonia? Lo dudo. Como siempre y por mucho jurado profesional que se ponga por en medio, el ‘vecinismo’ ayuda a algunos países a conseguir buenas posiciones con malas canciones, aunque no fue el caso ayer de la madre patria Rusia que quedó dieciseisava.

Y sobre España decir que el resultado final era del todo predecible: 50 puntos para una irrisoria 23ª posición. La insulsa, ridícula y básica canción no favorecía  a la potente voz de Lucía Pérez, que con cualquier otra canción hubiera hecho mejor papel. A fin de cuentas, la gallega  se ha recorrido Europa, ha conseguido un contrato con Warner Music, ha ocupado páginas de revistas, diarios y webs y ha obtenido una promoción que cualquier artista desearía tener.

Nada más, corto y cambio el tema festivalero. Nos vemos en Bakú en  2012.