viernes, 4 de mayo de 2012

La llave del Elíseo


Francia pide a gritos un cambio. Eso fue lo que reflejaron los resultados de la primera vuelta para elegir al presidente de la República. Hollande, el candidato socialista, ganó con el 28% de los votos al actual presidente Nicolas Sarkozy, que fue por un punto menos el segundo plato de los franceses. El próximo 6 de mayo los dos se enfrentarán en la segunda vuelta, de la que saldrá el futuro presidente de Francia. Pero antes de la cita con las urnas, Hollande y Sarkozy deben salir a la caza de Marine Le Pen y sus seis millones de votantes.

Marine Le Pen del Frente Nacional (FN) dio la sorpresa en la primera vuelta al convertirse en la tercera opción de los franceses para ocupar la presidencia del país. La ultraderechista obtuvo el 18% de los votos, consiguiendo así el mejor resultado del partido. Hasta ahora, el mayor logro del Frente Nacional era un 16,7% en 2002, lo que le sirvió al partido para pasar a la segunda vuelta. En 2007 el Frente Nacional descendió hasta el 10% pero, sin embargo, el pasado 23 de abril Marine Le Pen volvió a poner a la extrema derecha al frente de la política francesa.

El objetivo de Hollande y Sarkozy es captar el mayor número de votos del Frente Nacional para la segunda vuelta. Pero Marine Le Pen es una jugadora hábil y sagaz que todavía no se da por vencida. La líder ultraderechista está dispuesta a hacer cualquier cosa por conseguir un buen resultado en las legislativas de junio y estar presente, de ese modo, en la Asamblea Nacional. Le Pen no dudó en ofrecerle a Sarkozy el voto de sus seguidores en la segunda vuelta, siempre que el actual presidente la apoyara en los comicios de junio. Cuando Sarkozy rechazó la alianza, la líder del Frente Nacional les comunicó a sus incondicionales que eran libres de decidir con su voto al futuro residente del Elíseo. La ambición y el deseo de poder de Marine Le Pen no tienen límites.

El significado del avance de la extrema derecha se les escapa de las manos a todos los políticos franceses. Tras conocer los resultados, sólo François Bayrou, del partido de centro, expresó su asombro y preocupación al ver que el Frente Nacional era la tercera opción más votada en la primera vuelta. Por su parte, Hollande consideró el auge de Marine Le Pen como un sobresalto, mientras que Sarkozy no dijo nada ni sobre su derrota ni sobre la subida de los ultras.

El tono xenófobo y antieuropeo del Frente Nacional debería hacer saltar todas las alarmas del país galo. La Unión Europea no pasa por sus mejores momentos y Francia junto con Alemania ha marcado las decisiones europeas en los últimos años. Resulta, por tanto, preocupante que seis millones de franceses hayan dado su voto a un partido que le quiere dar la espalda al continente. Además, hay otros dos factores que evidencian que los franceses no comparten la idea actual de Europa. En primer lugar, el socialismo de Hollande fue la opción más votada en la primera vuelta, justo ahora que los gobiernos con más poder de Europa son conservadores, y, en segundo lugar,  Sarkozy se convirtió en el primer presidente de la República que no gana la primera vuelta mientras continua vigente su mandato. Francia no sólo pide un cambio a nivel nacional, sino también a nivel europeo.

El eje Merkel-Sarkozy amenaza con deshacerse el próximo domingo y el líder conservador quiere evitarlo sea como sea. Para ello, Sarkozy pide a todos los franceses que aman su patria que se unan a su causa este domingo 6, una clara alusión a los seguidores del Frente Popular. Damien Meslot, diputado conservador, apela al discurso xenófobo de Le Pen y clama que si los franceses no quieren que los extranjeros tengan derecho a voto en los comicios locales, respalden a Sarkozy. A pesar de sus esfuerzos, tal y como recogía El País el 23 de abril, únicamente el 40% de los fieles de Le Pen afirma que va a votar a Sarkozy.

Hollande tiene asegurados los votos del Frente de Izquierda de Mélenchon y de los verdes de Eva Joly, ya que los líderes de estos dos partidos pidieron públicamente a sus votantes que apoyaran al socialista para sacar del Elíseo a Sarkozy. Asimismo, los sondeos de la edición digital de El País muestran que los centristas de Bayrou repartirán su voto entre los dos candidatos a la presidencia.

Dentro de este marco, la figura de Marine Le Pen es de vital importancia. El Frente Nacional reúne al mayor grueso de votantes de cara a la segunda vuelta y Sarkozy y Hollande son conscientes del poder que tiene en sus manos Le Pen. En el caso de que hiciera falta una coalición para alcanzar la presidencia, la líder de la extrema derecha sería una de las fuerzas posibles, a pesar de que Sarkozy rechace, de momento, esta idea. Marine Le Pen tiene sin ninguna duda la llave del Elíseo.

0 comentarios:

Publicar un comentario