viernes, 17 de diciembre de 2010

La euforia de Chel

Se haya en su cama, hundida, sin ganas, herida y utilizada. No quiere llorar más. Ella quiere volar. Lo dio todo por amor: se entregó completamente, luchó, disfrutó; puso en ello todas sus ganas y, sin esperarlo, de pronto sucedió la tragedia. Se topó con medias verdades, con traiciones y falsedades, con una deformación de la realidad. En ese círculo vicioso de lágrimas y llantos, no encontraba salida alguna, lo que la propició a su única escapatoria: la rendición. Ondeó una bandera blanca y dejó que los demás la juzgaran, se inmiscuyeran en su vida y le hicieran daño, dándose éstos el poder de pronunciarse sobre algo íntimo y ajeno a ellos.

Es impulsiva, valiente y energética pero también tiene corazón. Vio sus posibilidades truncadas y se frustró, adentrándose en el pozo sin fondo de la agonía y la ansiedad. Siempre tuvo una vaga esperanza en su mente de que su mayor deseo se cumpliera y cuando tuvo lugar ese caluroso encuentro, sintió en su interior las aceleradas palpitaciones que procedían de su corazón. Las consecuencias de ese placer nocivo fueron fatales: se lastimó; se engañó a sí misma. Pese a ello, siguió anclada mucho tiempo en la misma página. No podía salir de ese punto sin retorno.

Chel, es hora de avanzar, de abandonar los fatalismos, de eludir el mal karma y de alejarte de comentarios vacíos carentes de sentido y llenos de maldad que a ti, ni te vienen ni te van. Palabras absurdas siempre se han de obviar. Tienes fuerza y coraje para enfrentarte al mundo, pasa salir adelante, para sonreírle a las adversidades. Tú… tú siempre sales adelante y te enfrentas a todas las situaciones que se te presentan. Tú, digan lo que digan, eres maravillosa.

En  este preciso momento se despierta, se suelta el pelo, se pinta de nuevo, escucha los primeros acordes de Always y se siente eufórica, muy eufórica: se siente bien consigo misma, se acepta, sabe que es querida, se siente capaz. Hoy es su noche y su único objetico es ir a disfrutar. Se siente llena (MR...), se siente feliz. ELLA reluce, brilla más que la luna, emana luz.

Tú y yo, soldados sin batalla. Los dos manteniendo guardia.
Tu y yo, protegiéndonos. Los dos soldados del amor.

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