martes, 30 de noviembre de 2010

No sea que por si acaso...

Y en menos de un instante todo cambia: dejamos el pasado atrás y nos lanzamos hacia lo desconocido, nuestro futuro. Partimos hacia lugares remotos para intentar encontrarnos a nosotros mismos o intentamos perdernos explorando placeres más cerca de casa. Los problemas empiezan cuando nos negamos a aceptar los cambios y nos aferramos a viejas costumbres; pero si nos quedamos demasiado tiempo en el pasado puede que el futuro no llegue nunca.


A cada paso que se da, algo nuevo se busca… o se encuentra. Debido a los cambios y a las aventuras, al no tener nada planificado, crecemos personalmente en todos los sentidos. Evitar cualquier problema es lo mejor aunque también es conveniente estar alerta. No hay que tener miedo de lo desconocido; el miedo es una frontera, un obstáculo que nos impide andar y ver más allá de nuestro punto de partida.

Ante las adversidades: sonreír. Sonreír, no preocuparse y nunca girar la vista atrás. Se abren muchas puertas con sus respectivos destinos, los cuales se han de aprovechar. Ahora ya no tiene cabida el pasado. Todos los antiguos recuerdos deben guardarse en un baúl bajo llave. Y si la cosa no funciona bien también se puede encender una vela y tocar madera por si acaso. Sólo por si acaso.

0 comentarios:

Publicar un comentario