viernes, 13 de mayo de 2011

Eurovisión en horas bajas

Pocas sorpresas nos dejó la Segunda Semifinal de Eurovisión, porqué el no pase de la ganadora de 1998, Dana International, estaba claro sobre todo tras ver su espantoso directo. Caso aparte es la clasificación de Moldavia, que presente lo que presente suele estar generalmente en la final, e Irlanda, donde ha triunfado la buscada descoordinación y la desmesurada energía de los gemelas Jedward.

Por comentar brevemente las canciones del Big Five, que aún no lo he hecho: Sigo con mi teoría de que por muy favorita que sea la canción lírica de Francia, ‘Sognu’ (‘Sueño’) interpretada por Amaury Vassili, dudo que el público europeo se decante por gastar su dinero votando a este tipo de canción, teniendo otras más afines a sus gustos modernos y machacones.

Ovación que recibirá la delegación de Italia tras su vuelta al festival tras 14 años de ausencia. Rafael Gualazzi presenta ‘Madness of love’ (‘Locura de amor’), una canción típica del país del arte por antonomasia, que me resulta cargante, repetitiva y discordante para Eurovisión.

Reino Unido, que apuesta fuerte de la mano de Blue y su ‘I can’ (‘Puedo’), parte con ventaja dado que la boyband es muy conocida a nivel europeo. Sin embargo, no descarto porrazo a los guaperas cuya afinación en directo se pone en tela de juicio, al igual que su vestuario.

La expectación de la noche corre a cargo de la anterior ganadora y la anfitriona, Alemania. Lena, que junto con sus bailarinas-espermatozoide, interpretará ‘Taken by a strenger’ (‘Capturada por un desconocido’) dando la nota de transgresión e innovación en cuento a canción, sobriedad y puesta en escena.

Por último, España, relegada a los últimos puestos en todas las apuestas de pago y convencionales, en las que ni nos ponen en la propia final, hará todo lo que está en su mano. Sin embargo, al igual que ha pasado con Israel, Armenia y Noruega: si la canción es un fiasco y un bodrio, el resultado es el mismo. Eso sí, un diez por Lucía Pérez que es la representante que toda nación quisiera tener: acude a todos los actos, a los que está obligada y a los que no, es muy simpática y condescendiente con la prensa y muy agradable con los fans.

Arriba los paises de la 2.ª Semifinal que lograron su pase a la Final

Se presenta así la final de Eurovisión menos clara de los últimos años: muchos favoritos, Suecia, Estonia, Hungría, Francia y Reino Unido, y también muchas canciones de relleno que han conseguido colarse como Finlandia, Lituania, Islandia, Ucrania, las ya citadas Moldavia e Irlanda, Georgia y Rumanía. A mi parecer la cosa se pone interesante a partir de la actuación número cinco que llegará de la mano de la húngara Kati Wolf y ‘What about my dreams?’ para flojear de nuevo tras la canción de AzerbaiyánRunning scared’, interpretada por Ell & Nikki en el decimonoveno puesto.  Principio y final del festival carente de calidad y buenos temas, salvo excepciones claro está.

Me resulta complicado predecir quién ganará este año. Apostaría a que las claras favoritas, como las ya nombradas, se quedarán luchando por los diez primeros puestos pero no ganarán. Aunque a Estonia la veo diferente. A Getter Jaani la visualizo recogiendo a las doce y media de la noche el trofeo como vencedora de la 56 edición de Eurovisión. No obstante, países silenciosos que han brillado en las semifinales darán la sorpresa y podrían incluso ganar. Dichas canciones potenciables a la victoria son Azerbaiyán, Bosnia-Herzegovina y, en menor medida, Suiza. Tampoco pasemos por alto a Grecia, Rusia y Serbia, que como grandes patrias del Mediterráneo, del Este y de los Balcanes respectivamente, estarán en los primeros puestos de la tabla.

Ante todo, como fanático de este certamen, me siento satisfecho al comprobar que la justicia y la calidad han primado a la hora de elegir la mayoría de las canciones que han logrado su pase a la Final en estas dos semifinales. Europa le debía una final a Suiza, tras cinco años sin éxitos, a Austria, que desde 2004 no pisa la final del sábado y a Hungría y a Eslovenia, que desde hace cuatro años no están en el gran evento del sábado.  También resulta satisfactorio que Turquía no esté en la final del sábado tras 35 años, al igual que Armenia, Noruega e Israel. Y es que, ya lo he dicho, cuando una canción no vale y por muchos artilugios, contorsionistas y vestidos de Jean Paul Gaultier que se utilicen para disfrazar la mediocridad que hay en ella, es imposible engañar a los oyentes y al jurado. Cada uno tiene lo que se merece.

Disfrutemos del certamen europeo más esperado de todos los años y del tercero del mundo que causa más expectación y fervor.

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